Ben Wilson vive obsesionado con la muerte accidental de su esposa. Se dedica a educar lo mejor posible a su hija Hillary en un pueblo de Ohio, donde regenta una pequeña pensión, a la que llega un misterioso grupo de turistas que dicen ser una compañía de actores, en viaje por el país. Ben hace amistad con Reeve, una mujer del grupo, y poco a poco irá descubriendo que los pretendidos turistas son entes inmortales que han estado presentes en grandes catástrofes ocurridas en el país.