Después de amenazar durante años a su expareja, Marcos M. asesina a golpes de pala a su hijo de 11 años. Un año después un jurado popular lo condena por asesinato, matar haciendo uso pleno de sus facultades, y determina que el crimen contra el niño no buscaba otra cosa que castigar a la madre. En el hecho en el que nos basamos concurren la violencia, el acoso, el asesinato de un niño para dañar a la madre y la amenaza de muerte que aún pende sobre la mujer.